LOS CHAKRAS: EL EQUILIBRADO ENERGETICO
La inestabilidad emocional es un trastorno que deja huellas dolorosas y que anula relaciones valiosas en quien lo sufre. Deriva fundamentalmente de la baja autoestima y de los problemas de comunicación.
La inestabilidad emocional es una característica de la personalidad, que puede llegar a ser un trastorno, que se caracteriza por la variación constante de sentimientos y estados de ánimo, sin motivo o por causas insignificantes que a la persona que lo padece le parecen razones suficientes para cambiar de la alegría a la tristeza y viceversa.
Vinculada en sus orígenes a problemas de comunicación, se manifiesta a través de la variación de estados de euforia a apatía, de la inconstancia para perseverar en una tarea u objetivo preciso, de la baja tolerancia a las frustraciones y por un débil control emocional. Las personas que padecen este trastorno son enamoradizas, ya que tienen una gran dependencia afectiva que ellos mismos ni asumen ni reconocen.
Otra característica de la personalidad con tendencia a la inestabilidad emocional es la baja autoestima, que le genera gran desconfianza e inseguridad cuando se mueve en su entorno e imposibilita a la persona que lo padece a establecer unos correctos y solidos canales de comunicación con los demás, lo que impide tener relaciones sólidas y estables, lo que genera en el interior angustia e inquietud.
Las personas que sufren inestabilidad emocional poseen una gran dificultad para separar los diferentes ámbitos de su vida. Los conflictos familiares son trasladados a la vida laboral, a las amistades y a la inversa, cualquier dificultad en el trabajo lo transfieren a sus relaciones familiares. En estos individuos existe un alto grado de dependencia e inseguridad y no pueden manifestarlo verbalmente ni a sí mismos ni a sus parejas. Buscan siempre apoyo en personas que actúan como pilares, pero depositan tantas expectativas en ellos que cuando éstos fallan o no cumplen con las mismas, la respuesta es de una reacción de autodestrucción que termina afectando a la persona y a todo su entorno.
La inestabilidad
emocional provoca un encierro interno a pesar de sus expresiones explosivas o eufóricas. Esto genera los problemas de comunicación. Disminuye la capacidad de expresar lo que se
siente. Por el contrario, confunde a los demás con explicaciones y justificaciones acerca de su estado de ánimo y reacciones. De esta manera, se hace imposible para quienes lo rodean entender qué
le pasa y qué le está afectando. Salir de este círculo es muchas veces, muy difícil.
Desequilibrio emocional: síntomas
Los síntomas del desequilibrio emocional pueden ser:
- Euforia. Durante este periodo, la persona experimenta un optimismo intenso, se ilusiona y motiva mucho, cree que será capaz de lograr cualquier cosa que se proponga. Se muestra cariñosa, optimista, extrovertida y simpática por lo que logra establecer relaciones interpersonales con facilidad.
- Tristeza. Durante esta fase, la persona pierde la motivación y el interés por lo que le rodea. Se siente abatida, triste y no es capaz de experimentar placer. También es usual que aparezca una sensación de tedio e irritabilidad que termina dañando sus relaciones interpersonales.
- Inconstancia. La persona con inestabilidad emocional emprende nuevos proyectos cuando se siente motivada y eufórica, pero es común que los deje a mitad cuando entra en la fase depresiva pues estos dejan de interesarle. Como resultado, a menudo su vida se convierte en una cadena de proyectos inconclusos.
- Baja tolerancia a la frustración. La persona con inestabilidad emocional tiene dificultades para controlar sus emociones, por lo que a menudo termina frustrada con sus propios comportamientos o con los proyectos que ha dejado atrás. Tampoco suele tolerar muy bien los pequeños roces cotidianos y una frase o un simple gesto de otra persona pueden ser suficientes para generar un estado de ánimo marcado por la frustración y la tristeza.
- Dificultad para separar las diferentes áreas de la vida. Si la persona inestable emocionalmente tiene algún conflicto en el área familiar, lo traslada inmediatamente al trabajo o a los amigos, ya que no es capaz de aislar las diferentes esferas de su vida. Obviamente, esto reporta consecuencias negativas en todos sus ámbitos de actuación.
- Inseguridad. Estas personas necesitan tener constantemente a otros en quien apoyarse, cuando les falla este sustento, se sienten perdidas y enfadadas por lo que suelen alimentar una profunda desconfianza, que sienta sus bases en su baja autoestima.
Las consecuencias de la inestabilidad emocional
En un primer momento, la persona que sufre de inestabilidad emocional puede dar la impresión de que es feliz, pero en realidad vive con la pesada carga de no poder consolidar sus proyectos. Esto la puede llevar a abandonar una carrera universitaria, un puesto de trabajo o a romper una relación de pareja, por lo que a menudo, cuando mira hacia atrás, se siente frustrada al hacer inventario de todo lo que no ha podido lograr.
Los constantes vaivenes emocionales también perjudican sus relaciones interpersonales, sobre todo porque quienes le rodean nunca saben a qué atenerse. Una simple frase o un gesto sin importancia pueden generar una crisis de angustia o un arrebato de ira. Esa reacción exagerada deja perplejos a los demás, que no saben cómo comportarse y prefieren evitar a la persona, que a menudo se queda sola.
En otras ocasiones, la falta de seguridad y los problemas de autoestima hacen que la persona inestable emocionalmente ponga a prueba a quienes están a su lado, para saber si puede confiar en ellos. Como resultado, sus amigos o pareja suelen estar sometidos a una tensión y un escrutinio constantes que termina afectando a la relación.
En el ámbito laboral, esta persona suele tener problemas no solo con sus compañeros de trabajo, sino también con sus jefes. Por eso, en algunos casos estos toman la decisión de prescindir de sus servicios. Este fracaso se suma a una larga lista de problemas que genera un círculo vicioso que intensifica los cambios de humor y afecta aún más a su autoestima.
Equilibrio emocional: cómo lograrlo con Terapia Energética
Hace años se pensaba que las características de personalidad, como la inestabilidad emocional, eran inmutables, pero hoy se conoce que estas peculiaridades se pueden atenuar si la persona se somete al tratamiento adecuado. Existen diferentes enfoques pero, como regla general, el objetivo principal de la terapia para lograr el equilibrio emocional se centra en que la persona aprenda a manejar sus emociones y estado de ánimo. Para lograrlo se puede recurrir a la relajación, la meditación y el Reiki.
Lo que se realiza en esta última terapia de equilibrado energético y limpieza de Chakras es retirar la energía estancada y densa de la zona y sustituirla por energía limpia y de vibración más alta, para reestablecer el correcto funcionamiento del Chakras y por ende, de los órganos relacionados con él. A través de la técnica se detectan los puntos de bloqueo o estancamiento energético en los meridianos, limpiando y cargando de energía positiva los posibles órganos afectados. De esta manera, el cuerpo se encamina a recuperar la salud física y el fluir de la energía vital que estimula nuestra sanación.
No podemos separar nuestras dolencias físicas de nuestros estados emocionales alterados (stress, celos, frustración, ira, envidia, apatía, depresión, etc…), ni de nuestra particular visión mental de entender el mundo.
A través del equilibrado energético y limpieza de Chakras favorecemos en el plano emocional una mayor serenidad y descanso, permitiendo a nuestra mente más lucidez y comprensión de las situaciones.
ANTONIO GOMEZ
C.T.M. RAQUIS
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